Desde la primera vez que lo vi, me llamó mucho la atención el romanesco. Hace años que lo consumimos en casa como una variante de brocolí. Por eso, hoy os traigo la receta de romanesco salteado con judías blancas.
Se trata un plato típico de la cocina tradicional catalana que en origen no se prepara con romanesco sino con brocolí .
El romanesco es un tipo de coliflor que se caracteriza por su forma singular. Está formada por una serie de protuberancias con curiosas formas geométricas. Personalmente, me parece una verdura muy bonita visualmente. Pero lo más importante es su sabor y su aporte nutricional.
En cuanto al sabor, particularmente me recuerda un poco al brócoli, aunque resulta más suave.
Además de aportarnos fibra, entre sus nutrientes cuenta con vitamina C, potasio, ácido fólico, fósforo y carotenoides.
Ingredientes para preparar romanesco salteado
- 1 romanesco
- 1 bote de judías blancas. Si las podéis cocer en casa mucho mejor.
- AOVE
- Sal
- 1 par de dientes de ajo
Romanesco con judías blancas paso a paso
- Lo primero que tenemos que hacer es cortar el romanesco en «árbolitos» y lavarlo.
- Lo ponemos a cocer al vapor, unos 20-30 minutos aproximadamente.
- Una vez tenemos cocido el romanesco procedemos a pelar y trocear los dientes de ajo.
- Cubrimos una sartén con AOVE, aceite de oliva virgen, y la ponemos a calentar.
- Cuando el aceite está caliente añadimos el ajo troceado. Lo sofreímos un poco, removiendo de vez en cuando. Es importante que el ajo se dore y no se queme.Si el ajo está quemado dará un sabor amargo al plato. Cuando esté doradito es mejor reservarlo aparte.
- Cuando el ajo se haya dorado incorporamos el romanesco y las judías blancas a la sartén.
- Vamos mezclando, y volteando de vez en cuando. La mezcla de las judías blancas y romanesco tiene que cojer un color doradito para que esté rico.
- Unos minutos antes de que este todo bien dorado volvemos a añadir los ajitos.
- Siguiendo estos pasos, ya tenemos lista la receta de romanesco salteado con judías blancas y ajitos.
Una receta bién sencilla con una combinación de ingredientes que sabe deliciosa. Opcionalmente, cuando sofreís el ajo podéis añadir un poco de tocino o unas tiras de jamón, os quedará más gustoso. Aunque la versión vegetariana está, ya de por sí, deliciosa.